La Responsabilidad Civil es nuestra responsabilidad
Por Esteban Cembellín, CEO Recoletos & Spasei
Efectivamente. Es responsabilidad del Mediador de Seguros Profesional, procurar la mejor cobertura de los riesgos de su cliente, mediante el programa de seguros óptimo en cada caso. Voy a referirme de manera expresa al D&O y al Ciber, dentro del amplio espectro de la RC.
En pocas situaciones ha sido tan evidente, como en la que vivimos ahora, la necesidad indiscutible para cualquier profesional, de tener contratadas las pólizas de seguros de responsabilidad civil adecuadas a “sus responsabilidades” en virtud de su puesto y actividad.
Sigue habiendo una enorme brecha en la capacitación profesional entre unas y otras áreas de la gestión empresarial, en los empresarios y directivos, en sentido amplio. Analizando cualquier programa de formación y hablando con los interesados, podemos corroborar que se dedican esfuerzos ímprobos al conocimiento en muy diversas materias, sin duda necesarias para lograr el mejor desarrollo de cualquier proyecto empresarial, y sin embargo existe una enorme laguna todavía, en la existencia misma de la gestión de riesgos clave para la supervivencia de la empresa, para salvaguardar su patrimonio y el del propio interesado, y en cuanto a su transferencia a través de programas de seguros.
Esta situación, nada desconocida por supuesto, tiene su máxima expresión y trascendencia en la pyme y específicamente en la microempresa. Cierto es que desde hace años venimos algunos consultores en gerencia de riesgos y mediadores especializados, insistiendo en la oportunidad de negocio y de servicio que existe en el campo de la D&O (responsabilidad civil de administradores, directivos y consejeros), y más recientemente en las pólizas de seguros frente a los Ciberriesgos; pero ahora pienso que hemos subido unos peldaños en la gravedad de la situación y por tanto, lo que antes era un “nicho de negocio”, ha pasado a ser una “exigencia” y nuestra “responsabilidad” de hecho.
Los consultores y mediadores responsables debemos hacer el esfuerzo necesario, mucho más allá de los intereses de las compañías o de las exigencias de los organismos supervisores, para trasladar al tejido empresarial en su conjunto, el dramatismo de la situación que enfrentan empresarios y directivos, y digo bien, “dramatismo” porque es su patrimonio personal y por supuesto el de la empresa, el que está en juego, y de manera generalizada, no tienen conciencia de ello.
La situación de incertidumbre que vivimos, por circunstancias que todos bien conocemos, más allá de la crisis sanitaria y que suponen un cóctel realmente sin precedentes desde mediados del siglo pasado en nuestro país, está agravando la situación económica de las empresas a una velocidad de vértigo, y está obligando a tomar decisiones cada día a los responsables de cada empresa grande o pequeña, en ámbitos en los que posiblemente no tiene la formación ni el criterio suficientes, y ni siquiera desde la administración se encuentran las pautas ni los apoyos suficientes.
Hay que añadir que en el momento actual, por necesidad o simplemente por falta de escrúpulos, se han multiplicado la aparición de ciberdelincuentes, coincidiendo además con la plena, rigurosa y exigente aplicación de normativas como el RGPD. Lo cierto es que la Legislación en vigor es implacable con el empresario y a la vez incapaz de atajar los delitos, por uno u otro motivo. También en esta vertiente tenemos que asumir nuestra responsabilidad, y como mediadores, tomar el testigo y llevar a cabo las acciones que sea menester para “evangelizar” a los responsables de las empresas sobre lo riesgos que afrontan y la forma sencilla de transferirlos a través de las pólizas adecuadas de seguros.
Efectivamente, y como decía arriba, la “responsabilidad civil”, es ahora mismo un caballo de batalla de tremendo calado en nuestro sector, y sin duda alguna, es absolutamente “nuestra responsabilidad”, la de los mediadores, y con independencia de cómo asuman su parte de responsabilidad otros actores, trasladar a los interesados, al tejido empresarial, la trascendencia de sus actuaciones y la existencia de herramientas a su disposición, como son las pólizas de seguros D&O y Ciber, para transferir de la mejor forma esos riesgos que pueden terminar con su empresa y con su patrimonio personal.