El dilema del corredor de seguros ante el cliente ‘homo digitalis’
Por Silvia Dancausa, CEO de COSEBA
En un mercado hipercompetitivo como el de la mediación de seguros, una de las claves para la supervivencia y para el crecimiento de las corredurías de seguros es, sin duda, la apuesta por la digitalización de sus procesos de prestación de servicios. El modelo tradicional en persona B2C (en nuestro caso, Broker To Customer), si bien necesario porque (todavía) somos animales sociales que necesitan el contacto físico en sus interacciones, ya no es suficiente si queremos aspirar a llegar y fidelizar un mercado más amplio y de forma más rápida.
Desde hace algo más de una década, la sociedad occidental ha evolucionado, definitivamente, a homo digitalis. Esta nueva figura antropológica se define por la dependencia y relación del usuario con su entorno a través de los dispositivos digitales. Hablamos tanto de relaciones sociales (RRSS), adquisiciones de bienes y servicios (plataformas de venta web) o teletrabajo. De hecho, la pandemia de Covid-19, con el aislamiento obligado al que se vio abocado todo el planeta, aceleró sobremanera nuestra dependencia tecnológica y ya pocos recuerdan cómo era la vida premóvil. Las nuevas generaciones de usuarios (que, por cierto, ya están engrosando nuestras carteras de clientes) han pasado a ser 100% digitales.
En este contexto en el que la tecnología ha dejado de ser un medio (homo videns) para convertirse en herramienta imprescindible (homo digitalis), el sector de corredurías de seguros ha de hacerse una serie de preguntas: ¿nos hemos anticipado a esta evolución? ¿Hemos tenido la capacidad suficiente no solo para adaptarnos, sino para ser referentes en cuanto al uso eficiente de herramientas tecnológicas que optimicen los procesos de venta y gestión?
En estos últimos años, y con la pandemia como resorte último y definitivo, muchos pequeños corredores de seguros no han podido afrontar con éxito una realidad tan dura como predecible: en este mercado tan globalizado como atomizado, solo las corredurías más fuertes, estables y con más recursos sobreviven.
En COSEBA teníamos claro este cambio del paradigma de lo analógico a lo digital hace ahora 20 años, por lo que durante todo este tiempo hemos trabajado en el desarrollo estratégico de herramientas digitales de diseño propio. Hablamos de una evolución que comenzó con un primigenio sistema de gestión paperless y que llega hasta las últimas actualizaciones de nuestra herramienta multitarificadora o de la app de clientes, hace solo unas semanas, desarrolladas por nuestro Departamento de Sistemas bajo el análisis y estudio previo de nuestro Observatorio.
Esta estrategia nos permite, por un lado, un control total de dichas herramientas al no depender de ninguna compañía tecnológica externa y, por otro, ofrecer estos recursos tecnológicos a nuestra red de franquicias, las cuales funcionan de forma independiente pero bajo el paraguas de nuestra reconocida marca y capacidad tecnológica. En este sentido, durante estas dos últimas décadas, COSEBA ha aprendido y asimilado que es fundamental no tener un desfase tecnológico que nos deje fuera de mercado, si bien no todas las herramientas que existen actualmente son útiles y necesarias para todas las organizaciones.
Así pues, contar con la disponibilidad inmediata de todos los procesos operativos digitales imprescindibles por parte de una correduría de seguros es una ventaja de valor incalculable que puede marcar la diferencia entre sobrevivir o desaparecer, entre crecer o estancarse. Para resolver este dilema ante el mercado homo digitalis, los corredores de seguros y las pequeñas corredurías necesitan contar desde ya con estas herramientas. Necesitan una estrategia de transformación digital viva y evolutiva, que se anticipe a las tendencias. En COSEBA lo supimos ver hace 20 años y desde entonces no hemos dejado de trabajar hasta colocarnos en una situación privilegiada en el sector.