El mediador de seguros, el mejor exponente y reflejo de nuestra sociedad
Por Esteban Cembellín, CEO de Recoletos Consultores
Estamos en marzo de 2023, hemos superado -con muchas salvedades- la pandemia del Covid, vivimos un auténtico “despliegue” digital y tecnológico, asistimos más impertérritos que perplejos a una tremenda guerra de futuro incierto en nuestro entorno ciertamente cercano, nuestro país “navega” dirigido por una clase política cuando menos “sorprendente”, vivimos en una “aldea global” con la habilidad innata necesaria para seleccionar qué aspectos de esa “globalidad” nos afectan y cuáles no.
Son sólo algunos flecos de la realidad que deben equivaler a incertidumbre, a reflexión, a toma de decisiones y probablemente cambios en nuestros planteamientos, en nuestras actitudes, cambios dirigidos a la búsqueda de la excelencia y al desarrollo profesional que debiera ser un pilar para el desarrollo personal a su vez.
Nuestro país y la sociedad que lo conforma, haciendo gala de los tópicos más clásicos, es especial, es diferente, es único; esta aseveración que puede oírse sin duda en cada zona del mundo, en mayor o menor medida es verdad en todos los sitios, y sin duda alcanza un sentido pleno aquí, en España.
Recuerdo bien cuando hace más de 30 años, en el año 1990, en unas jornadas de trabajo en una planta de Renault en Valladolid, a las que tuve ocasión de asistir como universitario, y en las que afrontaban algunos problemas muy serios, ante la actitud de los participantes -nacionales- consternada en momentos y despreocupada en otros, hasta el extremo de cambiar los horarios de las sesiones porque comenzó a emitirse la serie “Cristal” (pionera en las telenovelas en España), ante esa actitud “bipolar” digo, hubo algún participante extranjero (alemán y japonés para más señas) que se preguntaban, hablando conmigo, si realmente existía el problema y éramos conscientes del mismo, o no era para tanto y más bien el dramatismo “a tiempo parcial” no era más que una actitud impostada en buena medida.
Esta anécdota, entiendo que puede resumir lo que a mi juicio ocurre de manera constante en nuestra sociedad, y un fiel reflejo de la misma sin duda somos el colectivo de mediadores de seguros.
Desde nuestra consultora tengo la oportunidad de tratar con multitud de mediadores, con muy diferentes planteamientos de negocio, y sin tener en cuenta a los grandes brokers. Con sus matices diferentes, en todo el territorio nacional, me encuentro con magníficos profesionales, personas que han trabajado muy duro para alcanzar el negocio que ahora tienen, empresarios literalmente “hechos a sí mismos”, en un entorno además de prejuicios, picaresca y desconocimiento que no ha facilitado precisamente las cosas. Han demostrado sin duda unos arrestos y un espíritu de lucha, un compromiso de servicio a menudo personal, una capacidad para sobrevivir y salir adelante por sí sólo, realmente admirables. Son rasgos sin duda arraigados en nuestra idiosincrasia, basta revisar nuestra historia, en sentido amplio y con objetividad.
La pregunta es si en un momento como el actual, en el que no cabe mantenerse y meter la cabeza bajo el suelo como los avestruces, sólo existe la opción de crecer y competir en el mercado, y para ello es imprescindible recurrir al trabajo en equipo, al desarrollo de proyectos conjuntos, a las alianzas profesionales, al aprovechamiento de las sinergias; me cabe la duda decía sobre si todas estas características “épicas” que nos han permitido situarnos, no se vuelven radicalmente en contra, y suponen la principal barrera para avanzar con paso firme en la dirección adecuada, y lo que es peor, -muy habitual también aquí revisando la historia-, nos lleva a tomar decisiones erróneas con resultados catastróficos, dejandonos embaucar por “artistas” auténticos bien conscientes de las fortalezas y debilidades de nuestra esencia.
Desde luego, nuestra profesión es un reflejo fiel de lo que nuestra sociedad es, sin duda, mucho más incluso que lo son nuestros políticos, siguiendo con el tópico. Estoy seguro en todo caso que la madurez del sector (y de sus protagonistas) ayudará en beneficio propio y de los clientes por supuesto, ayudará a que cada vez más las decisiones se tomen con la cabeza, incluso con el corazón, y no con otras partes del cuerpo, al más puro estilo tradicional!