El 82% de los inversores vascos ahorra para complementar la pensión (pero solo un 13% lo hace en seguros)
Más de siete de cada diez inversores vascos apuesta por invertir en fondos (71,7%), que se sitúan como el principal vehículo de ahorro, por delante de los depósitos (47,8%), los activos inmobiliarios (33,7%) y los planes de pensiones o EPSV (30,4%). Esta es una de las principales conclusiones de una encuesta que ha elaborado EFPA España (Asociación Europea de Asesores Financieros) entre los planificadores financieros del País Vasco, para conocer la opinión de los inversores particulares que acceden a sus servicios de asesoría.
A la hora de decantarse por un producto de ahorro e inversión, el riesgo es el factor que prima en el cliente de Euskadi, por delante de la rentabilidad, la liquidez, la comprensión del producto y la fiscalidad, que se sitúa como la característica menos relevante. Además, nueve de cada diez clientes se preocupan ahora más que antes por conocer las características de los productos que contratan.
¿Con qué finalidad invierten los vascos? El 82,6% lo hace para complementar su pensión pública, 8 de cada 10 lo hace también para disponer de un remanente para imprevistos y el 57,6% lo hace para obtener ventajas fiscales.
Precisamente, seis de cada diez ahorradores vascos (60,9%) se preocupan ahora más que antes por ahorrar para complementar su jubilación y un 21,7% mantiene un nivel de preocupación similar al de los últimos años. En este sentido, los planes de pensiones tradicionales y las EPSV se consolidan como el producto preferido por casi dos tercios de los ahorradores vascos (64,1%), mientras que un 20,7% ahorra para la jubilación a través de otros productos no específicos (fondos, depósitos…) y solo el 13% contrata vehículos alternativos diseñados en exclusiva para la jubilación, como es el caso de los PIAS (Planes Individuales de Ahorro Sistemático), PPA (Planes de Previsión Asegurados) o Seguros de ahorro.
Capacidad de ahorro de los vascos
El 86,9% de los vascos lograr ahorra al menos una décima parte de sus ingresos mensuales, más de tres de cada diez elevan (31,5%) ese ahorro por encima del 20%. Para casi la mitad de los consultados por EFPA (48,9%), la situación económica general sí ha mejorado en los últimos dos años, mientras que un 35,9% mantiene una percepción similar y, por el contrario, el 15,2% cree que ha empeorado.
Factores a la hora de elegir un producto
En los últimos dos años, la mayoría de los ahorradores en Euskadi (55,4%) ha mantenido su perfil de riesgo, frente a un 23,9% que se ha vuelto algo más conservador con respecto a sus inversiones. Por el contrario, dos de cada diez han adoptado una estrategia de inversión más agresiva.
Begoña Alfaro, delegada territorial del Comité de Servicios a Asociados (CSA) de EFPA España para País Vasco y Navarra, señala que “los vascos apuestan de forma mayoritaria por la inversión en fondos, el vehículo adecuado para tratar de lograr rentabilidad en el entorno actual, gracias a su diversificación y a las múltiples opciones que ofrece el producto, lo que demuestra que existe una tradición consolidada de cultura financiera. En todo caso, los asesores financieros tenemos que seguir trabajando para mejorar la educación financiera de nuestros clientes, que conozcan bien todos los productos financieros a su disposición y el perfil para el que están diseñados”.
Por otro lado, ya hay un 46,7% de los clientes de banca personal en País Vasco que sí está dispuesto a pagar de manera “explícita” por la prestación de servicios de asesoramiento, siempre y cuando se pueda reconocer el valor añadido que estos servicios le pueden ofrecer, pero todavía la mitad (51%) seguirá siendo reticente.
En los últimos dos años, el 62% de los asesores vascos ha visto cómo se ha incrementado su cartera de clientes. Con la entrada en vigor de la directiva comunitaria MiFID II en 2018, que exige al personal que informa y asesora en las redes de ventas de las entidades financieras el cumplimiento de unos requisitos de formación concretos, un 14,1% exige algún tipo de cualificación a su asesor financiero, lo que se suma a otro 23,9% que ya lo exigía con anterioridad a los cambios normativos.