El seguro abona directamente el 75% de los daños causados por el clima
Pilar González de Frutos, presidenta de Unespa, ha participado hoy en el coloquio organizado por el Observatorio de Catástrofes de Fundación Aon en la sede del Instituto de Ingeniería de España. En su intervención, la titular de Unespa ha comparado la labor que realizan los ingenieros con la de los actuarios de seguros. Asimismo, ha señalado que “existe una modalidad de seguro que se llama de Ingeniería, pero sus primas son muy pocas y, además, está encuadrada en un ramo llamado de ‘Otros daños a los bienes’. “Los seguros ingenieriles, en efecto, pertenecen a una categoría de seguros de alta sofisticación técnica, en los que la clave es conocer el riesgo verdaderamente a fondo”, ha añadido.
González de Frutos ha resaltado que “las aseguradoras trabajan con ingenieros de distintas maneras. En ocasiones, como miembros de sus propias plantillas, y en otras, en calidad de colaboradores. Las aseguradoras necesitan ingenieros porque son ellos los que le permiten evaluar el riesgo que representa cubrir tal o cual infraestructura, tal o cual máquina. De la misma forma, son ingenieros los encargados de realizar los peritajes cuando se producen daños sobre un bien asegurado. el saber hacer de los ingenieros resulta, pues, fundamental, para el seguro en la protección del tejido productivo nacional y, también, de las infraestructuras de nuestro país”.
La titular de Unespa, en referencia a las catástrofes, ha indicado que “el siniestro extremo es el correlato de la condición extrema a la que os debéis de enfrentar los ingenieros”; un siniestro que “es bastante caótico y muy difícil de comprender”. Al respecto, ha señalado que “la introducción del cambio climático y sus consecuencias en el cálculo del perfil de riesgo que cada asegurador debe realizar es, ya, algo obligatorio”. “Los daños climáticos en España son, por regla general y afortunadamente, de orden patrimonial. Los daños personales existen, pero son muy poco frecuentes, si bien se han dado sucesos puntuales que desmienten esta afirmación”, ha añadido.
Así, González de Frutos ha revelado que “en términos generales y gruesos, los daños que causan los hechos climáticos en hogares, comercios e industrias españolas son abonados en tres cuartas partes (75%) por las aseguradoras directamente. Son, por lo tanto, daños que podemos considerar comunes. La otra cuarta parte está formada por los siniestros extraordinarios o catastróficos, que son también abonados por el seguro, pero de otra manera. Una manera, sinceramente lo digo, muy inteligente y efectiva”; en referencia al Consorcio de Compensación.
Así, ha destacado que “el sistema de gestión de riesgos catastróficos y no catastróficos climáticos que tenemos en España es, lo digo con convencimiento, uno de los sistemas más perfectos de protección contra el cambio climático que podemos ver en nuestro entorno”. “Y son sistemas en los que la colaboración público-privada es fundamental. La colaboración entre el estado y los actores del mercado es la clave de bóveda”, ha concluido.
Pedro Tomey, presidente del Observatorio de Catástrofes de la Fundación Aon, alabó la dilatada y exitosa trayectoria de más de 40 años de Pilar González de Frutos y expresó que «es un privilegio contar con la presidenta de Unespa en el Think Tank del Observatorio de Catástrofes, en el Consejo Asesor de nuestra Cátedra de Catástrofes y en el Comité Consultivo de nuestro Barómetro Anual de Catástrofes», y añadió que ambos comparten «la preocupación por el efecto tan creciente y severo que están provocando las catástrofes en los colectivos más vulnerables».
Por su parte, el presidente del IIE, José Trigueros, dio la bienvenida a la Conferencia-Coloquio, en el que participaron desde ingenieros de distintas disciplinas, como la Presidenta de la Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos o la Presidenta de Fortia Energía, hasta la Directora General del Consorcio de Compensación de Seguros, el Presidente y la Directora General de Agroseguro, el Director General de Protección Civil, el CEO del Canal de Isabel II, así como investigadores de la Cátedra de Catástrofes de la Fundación Aon, entre otros.