IMQ pone el estadio de San Mamés como ejemplo de seguridad sanitaria
El estadio de San Mamés ha renovado, de la mano de IMQ, la certificación UNE 179.003 que garantiza a cualquiera de los asistentes al estadio bilbaíno que se cumple con todos los criterios y medidas de salud y seguridad si tuvieran cualquier necesidad de asistencia sanitaria.
Con la primera certificación, conseguida en 2017, San Mamés se convirtió gracias a la asistencia sanitaria que le presta IMQ, en el primer estadio de Europa en contar con esta distinción de seguridad, poniendo ya entonces los cimientos para minimizar los riesgos clínicos asociados a la celebración de eventos multitudinarios en un estadio con un aforo superior a 53.000 personas. Año tras año, se ha evidenciado a través de las auditorías externas realizadas, la solidez de un sistema que se basa en la implicación de cerca de un centenar de profesionales de ambas organizaciones y la coordinación de los diferentes estamentos implicados, que analizan, promueven y despliegan nuevas iniciativas de mejora de forma continuada. Tanto es así, que recientemente se han interesado en este sistema de gestión sanitaria clubs nacionales de reconocido prestigio.
Durante los 3 días en los ha tenido lugar la auditoría externa, el auditor verificó cada uno de los puntos del sistema de gestión de seguridad clínica del campo.
La revisión documental de protocolos y procedimientos desplegados se complementó con entrevistas a miembros del equipo de IMQ, así como el análisis de la asignación de recursos médicos y de enfermería, la integración de los 75 estudiantes de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) de tercer curso de Medicina y tercero y cuarto de Enfermería, que ofrecen asistencia directa en los partidos y el despliegue del método SBAR —para la transmisión de la comunicación crítica entre los profesionales, que se realiza bajo criterios seguros en base un modelo americano—. Se cotejó, además, la buena evolución de los objetivos que integran el Cuadro de Mando de Seguridad del paciente y se procedió a explicar el AMFE (metodología de análisis de riesgos) de todo el proceso asistencial, el sistema de formación continuada en la reanimación cardiopulmonar, el sistema de acreditación y control, entre otras cuestiones.
Se hizo, igualmente, una auditoría in situ de la UVI móvil, revisando desde el estado del vehículo, las bombonas de oxígeno, el ampulario de la ambulancia o las diversas mochilas de “ataque”. Se realizó, además, una visita a las enfermerías donde se chequearon los carros de parada, desfibriladores, electrocardiógrafos y diverso material y medicación.
La auditoría también se trasladó al Palacio Ibaigane, donde el auditor entrevistó a dirigentes del club relacionados con la gestión de los eventos deportivos. Entre otros aspectos, se abordó la sistemática y coordinación de la Comisión de Seguridad (comisión que determina el nivel de riesgo de un partido y, por ello, la asignación o despliegue de los recursos); o la coordinación entre el Athletic Club e IMQ en todo lo que afecta a los partes de asistencia realizados en cada partido. «El sistema demostró, además, su total consolidación gracias al buen hacer e implicación que han venido demostrando durante este tiempo todos los profesionales que prestan la atención asistencial en los encuentros deportivos», concluye.