Llega la nieve y, con ella, la necesidad de contratar un buen seguro de esquí
¿Cuándo llegará la nieve? Ha sido la pregunta más repetida durante este invierno entre los amantes del esquí. Y es que las altas temperaturas, hasta 10 grados por encima de lo habitual, han hecho que las nevadas se retrasen. De todas formas, Raúl Pérez, director de negocio de Asistencia en Viaje de ARAG, ha sido optimista en cuanto a la venta de seguros de esquí. «El esquiador es un viajero fiel a su actividad. Espera el momento de inicio de la temporada con muchas ganas y suele reservar con tiempo. Por tanto, siempre se contratan seguros en un volumen muy elevado, cada vez incluso mayor ya que el viajero cada vez está mejor informado y es más consciente de la necesidad de protegerse». Los últimos días le han dado la razón, puesto que al fin ha llegado el verdadero invierno y las pistas han ido pudiendo abrir ya con normalidad.
Los viajes para practicar la actividad de esquí tienen unas características muy especiales que hacen imprescindible contar con un buen seguro. «Por un lado, es una actividad en el que un porcentaje elevado de las personas que lo practican tienen algún accidente que hace que sea necesaria una atención médica, más o menos complicada. Desde una simple asistencia en la estación, hasta una hospitalización que implique también un rescate y una repatriación al lugar de origen, envío de familiares, etc.», explica Raúl Pérez. «Por otro, los centros médicos de las estaciones suelen ser privados, esto significa que el gasto de rescate y de atención médica lo debe asumir el viajero».
Pero ¿acaso no existen seguros que se ofrecen junto con el forfait? El director de negocio de Asistencia en Viaje de ARAG lo confirma, pero indica que “el seguro de pistas cubre habitualmente el rescate en trineo y una primera atención de urgencia en el centro médico de la estación, pero no cubre el traslado y los gastos hospitalarios, una repatriación que incluso puede requerir un avión sanitario, un accidente o enfermedad producida fuera de pistas, gastos de anulación, equipajes, retrasos, responsabilidad civil… y un sinfín de riesgos que también tenemos durante el viaje y que son igualmente importantes para que sean protegidos”.
Esto aún es más importante en caso de que el viaje de esquí se haga en el extranjero, puesto que, además, se deben asumir el coste de la hospitalización, los traslados, etc. «Estos costes pueden llegar a ser muy elevados y, sin un buen seguro, deberá ser soportado por el propio viajero con su patrimonio. Por menos de lo que te cuesta el forfait de un día, merece mucho la pena contar con la tranquilidad de viajar sin tener que asumir estos riesgos», indica Raúl Pérez.