Los ERTEs solo han afectado a 5 de cada 10.000 empleados del sector asegurador
Pilar González de Frutos, presidenta de Unespa, intervino ayer en el XXVII Encuentro del Sector Asegurador de Deloitte, donde afirmó que “en esta crisis nos enfrentamos a un problema; un problema que ya vivimos en parte en la crisis anterior, que son las consecuencias derivadas de la madurez. Los seguros en España han alcanzado gran nivel de madurez. Esto quiere decir que el perfil que todavía se puede apreciar al principio de esta serie histórica, un perfil por el cual el seguro crecía a tasas netamente superiores a la renta disponible bruta por hogar, han desaparecido en los últimos 15 años. Ambas curvas se han ajustado, aunque en ocasiones se separan, como cuando la renta disponible pierde bruscamente valores, gracias a esos efectos contracíclicos o dampeners con que cuenta el seguro”.
En todo caso, recalcó “la capacidad de respuesta de que hemos hecho gala durante las peores fechas de la pandemia en el sector asegurador. Porque hemos dado servicio, hemos dado respuestas, hemos prestado el apoyo de que nosotros se espera. Lo hemos hecho muy bien. Una encuesta realizada entre entidades comprensivas de tres cuartas partes del empleo del sector reveló que entre el 31 de diciembre de 2019 y el 1 de noviembre de 2020 no sólo no había habido pérdida de empleo, sino que se había producido una ligera expansión del mismo. Como consecuencia lógica de lo que digo, el seguro español prácticamente no ha hecho uso del mecanismo del ERTE, que podría haber afectado, según nuestras estimaciones, a menos del 5 por 10.000 de nuestra plantilla agregada”.
Más presión fiscal
También criticó que “el Gobierno ha diseñado los Presupuestos de 2021, y en dicho diseño hay varios elementos que van en una dirección que yo no considero acertada. Me refiero a los incrementos de la presión fiscal derivados de la elevación en dos puntos del Impuesto sobre las Primas de Seguros y el endurecimiento en el tratamiento de las aportaciones a sistemas de previsión social”.
Según sus palabras, “la inmensa mayoría del número de hogares se verá impactado por el endurecimiento de la fiscalidad en el seguro del automóvil, de la vivienda, de decesos, u otros. Y eso no debe extrañarles, puesto que el seguro está presente en el 96% de los hogares. Así pues no es posible tocar su fiscalidad y que ése gesto sólo afecte a minorías”.
En lo que se refiere al deterioro de los beneficios fiscales de la previsión, indicó que “hay que tener muy claro a quién se le está colocando la cuesta arriba. La encuesta de condiciones de vida permite derivar el dato de que la mayor tasa de prevalencia de ahorradores entre las diferentes ocupaciones de los españoles se da entre los trabajadores por cuenta propia. Deteriorar la fiscalidad del ahorro individual, pues, abre un agujero para los autónomos y autoempresarios; agujero que, además, difícilmente colmará un segundo pilar, pues estos colectivos normalmente carecen de los entornos y medios para instrumentar el ahorro colectivo. Los hábitos de ahorro de los autónomos, pues, pierden soporte, sin que se les ofrezca alternativa alguna”.
Sobre el segundo pilar, dijo que “es lógico que alguno de ustedes se esté preguntando si los anuncios del ministro de la seguridad social sobre iniciativas dirigidas a impulsarlo nos parecen bien o mal. Y, les diré: fomentar el ahorro en el seno de las empresas a favor de sus trabajadores nunca es mala idea. Pero las ideas, además de buenas, tienen que estar bien construidas; y ésta, la verdad, no tiene pinta. En primer lugar, se hace todo el hincapié en la formación de un fondo público. Pero formar un fondo, público, privado o mixto; formar un fondo o 10 fondos no es el tema. Los productos de ahorro, se llamen fondos, seguros o cualquier otra cosa, son el canal por el que se vehicula un proceso. Pero lo importante es el proceso. Hablar de que se va a montar un fondo, o 10 fondos, sin hablar antes de instaurar un sistema de adscripción por defecto; hablar de montar un fondo, o 10 fondos, antes de aclarar las condiciones en las que el empresario realizará sus aportaciones, condiciones en las que sería deseable se incluyese un impulso fiscal; hablar de montar un fondo, o 10 fondos, antes de aclarar si se va a revertir, o no, la inexplicable medida de integrar la aportación a sistemas de segundo pilar dentro de la base reguladora de la seguridad social; hablar, en suma, de montar un fondo, o 10 fondos, sin aclarar todos estos aspectos es eso que decimos poner el carro delante de los bueyes. No nos puede gustar esta buena noticia de partida, como digo, porque su arquitectura, o al menos lo que sabemos de la misma, es mejorable, y no augura el éxito para la iniciativa”.