Unipromel critica duramente a las patronales sanitarias y aseguradoras
El presidente de Unión Médica Profesional (Unipromel), Ignacio Guerrero, se ha dirigido ha esta redacción para puntualizar «lo que se está publicando en relación con nuestro sector de la medicina privada desde la perspectiva de otros agentes muy poderosos, pero que no representan a los actores principales que conforman la relación medico-paciente».
Según Guerrero, «lo primero por tanto es diferenciar lo que se define como ´medicina privada´ de lo que ahora mismo se pretende diluir en un término mucho más amplio que es el de `sanidad privada´. La medicina privada basa su esencia en una relación medico-paciente libre, independiente y soberana donde ningún otro actor puede intervenir según un modelo que nadie pone en duda en el resto de Europa y que en España ha sido secuestrada y dominada por unos intermediarios muy poderosos controlados por el gran capital».
Añade que «nadie duda de la necesidad de esos actores económicos siempre que se pongan al servicio del médico y del paciente, porque aportan las infraestructuras hospitalarias unos y mutualizan o socializan el riesgo los otros, pero sin apropiarse del sistema como parece que pretenden sus patronales ASPE y Unespa, o todos unidos bajo una pátina en forma de Fundación».
En su opinión, ·cuando los grupos hospitalarios y las aseguradoras negocian dejando fuera de la toma de decisiones al médico y al paciente, pasan a ser simples números y siervos del sistema, cuando en realidad los médicos son la única autoridad legalmente reconocida en materia sanitaria y los pacientes no son beneficiarios según modelos del siglo pasado, sino los clientes que pagan y financian todo el sistema».
E insiste en que «la deriva del sistema hacia modelos que parecen copiar a la sanidad pública, repitiendo los mismos errores ya conocidos de masificación, despersonalización, desincentivación, etc en lo que ya todos los expertos coinciden, amenaza con provocar una enorme crisis sanitaria que afectará gravemente a nuestro sistema nacional de salud, porque la sanidad mal llamada privada se contagiará de la enfermedad que afecta a la pública y no podrá seguir siendo la solución sino que formará parte del mismo problema. Ante este escenario los sesudos gestores de la sanidad privada agrupados en esas patronales y fundaciones pretenden que sea una colaboración publico-privada la que refuerce nuestro SNS y lo que están consiguiendo es lo contrario, porque acabarán expulsando a los mejores médicos y estos atraerán a los pacientes hacia un tercer modelo de sanidad basado en la excelencia y en resultados, con pago directo y posterior reclamación al Estado por un derecho a la salud universal y gratuito, pero de libre elección y libre competencia, como sucede en los modelos centro-europeos».
Y concluye que «la solución a la crisis actual del SNS sólo se conseguirá expulsando a la política y al gran capital, para poner en el centro a los médicos y a los pacientes y dejar que se relacionen con la seguridad de una financiación pública, directa o a través de desgravación fiscal, de un gasto sanitario que será mucho más efectivo y eficiente, colocando de nuevo a España en los primeros puestos del ranking mundial».