Libro verde sobre el envejecimiento y protección y previsión privada
Por José Manuel Jiménez Rodríguez, Director del Instituto Santalucía
A finales del mes de enero, la Comisión Europea lanzó el libro verde sobre el envejecimiento para fomentar la solidaridad y la responsabilidad entre generaciones.
El informe pone de manifiesto el importante logro conseguido en la UE, basado en una economía social, en cuanto al aumento paulatino de la esperanza de vida. En España estamos a la cabeza en esa tendencia. De hecho, se prevé que dentro de tres décadas 4 de las 10 regiones más envejecidas en Europa estén en nuestro país.
Esta situación afectará a aspectos sociales como el equilibrio de la vida privada y la educación, la formación, la integración de las personas con discapacidad, y a aspectos más económicos como las pensiones, las prestaciones de invalidez, los cuidados de larga duración o la asistencia sanitaria. Y, en este punto, las empresas aseguradoras tienen mucho que decir.
Para ello, Insurance Europe ha remitido respuesta a la consulta de la Comisión Europea relativa a este libro. Entre otros, los mensajes trasladados han sido la importancia de la alfabetización financiera y digital, la necesidad de potenciar los sistemas de previsión social empresarial e individual que complementen los sistemas de reparto, potenciar medidas dirigidas a que las personas ahorren desde jóvenes, como por ejemplo informar a los ciudadanos europeos sobre la previsible pensión pública que percibirán en el momento de jubilarse, o establecer incentivos fiscales para los sistemas de previsión social individual.
Como podemos ver, la colaboración público-privada es esencial para hacer frente a los desafíos a los que se enfrentan un número creciente de personas en situación de dependencia y sus familiares. Y, en este sentido, creo que tenemos que buscar fórmulas conjuntas y soluciones innovadoras que mejoren el bienestar de nuestros mayores.
En España tenemos alguna solución de mutualización de riesgos público-privados de la que nos podemos sentir muy orgullosos, como por ejemplo el Consorcio de Compensación de Seguros, un ente público al que las aseguradoras destinan fondos de forma regular y que cubre riesgos extraordinarios como sería el caso de pérdidas generadas por catástrofes naturales (terremotos, inundaciones…), etc, que se instrumenta para todos los bienes asegurados, por lo que los riesgos se mutualizan al máximo y el riesgo se comparte entre todos.
De la misma forma, se podrían buscar fórmulas de buscar esa mutualización en otras áreas como, por ejemplo:
- En las pensiones, donde existen propuestas como las diseñadas por el profesor Herce para adecuar las pensiones al aumento de la longevidad y a la nueva gran edad, que cuando comenzaron los sistemas públicos de pensiones eran de 65 años, a través de un “sistema mixto en dos etapas”. Dicho sistema se estructuraría en un primer pilar definido como un seguro de capitalización individual, que intervendría entre la edad de jubilación voluntariamente adoptada por los trabajadores y lo que se puede denominar una nueva “gran edad”, al que sucedería en el tiempo otro estructurado como un sistema de reparto público de cuentas individuales de contribución definida (cuentas nocionales) a partir de dicha gran edad. De esta forma se aunarían los esfuerzos público-privados para adaptarnos a los nuevos cambios en la longevidad.
En la mejora de herramientas para hacer líquidos los ahorros inmobiliarios de nuestra población mayor. España es un país con un bajo nivel de ahorro, pero con un patrimonio inmobiliario y vivienda en particular muy elevado. Por lo que se puede considerar que esto es para los hogares un mecanismo de obtención de ingresos complementarios para la jubilación a través de dar liquidez a esa vivienda, pero a la vez, garantizar el derecho del titular/es a continuar residiendo en su domicilio habitual hasta el fallecimiento, como por ejemplo, a través de la Hipoteca Inversa. Uno de los problemas para desarrollar estas soluciones es la longevidad, ya que la entidad financiera otorga un préstamo al titular que no puede recuperar hasta el fallecimiento. Para poder impulsar este negocio algunos países, por ejemplo, EE.UU., han creado agencias estatales de vivienda para dinamizar las operaciones de Hipoteca Inversa. El elemento diferencial es la existencia de un seguro hipotecario gubernamental. Este seguro, además de ofrecer la garantía al solicitante/deudor del cumplimiento de las obligaciones por parte de la entidad financiera, limita de forma importante tanto el riesgo inmobiliario (situación en que el valor de la vivienda no sea suficiente en el momento de la amortización para cancelar por completo la deuda) como el riesgo de longevidad asociado de una operación de Hipoteca Inversa. De esta forma se vuelve a mutualizar el riesgo de una forma público-privada y dinamizar un negocio que ayuda a los mayores a cumplimentar sus ahorros y cubrir sus necesidades
Estas dos ideas se pueden extrapolar a conceptos como dependencia, asistencia sanitaria, cobertura de seguros de riesgo, etc. Si innovamos en la mutualización de riesgos y colaboramos de una forma público-privada mejoraremos la vida de nuestros mayores.