La adaptabilidad del seguro a las nuevas tecnologías
Por Luis Alonso, suscriptor de Ciberriesgos de QBE
La irrupción de las nuevas tecnologías está generando sin duda un campo de desarrollo para los seguros de RC vinculados a ellas, pero lo que debemos preguntarnos es si el seguro está preparado para dar una respuesta adecuada a estos riesgos.
Las nuevas tecnologías están influyendo mucho en los propios procesos de las compañías aseguradoras y también en los seguros específicos de Cyber riesgos, los cuales, como no puede ser de otra forma, están reaccionando de forma constante, acordes a la evolución tecnológica. No obstante, a pesar de esa necesaria adaptación, no hay que perder de vista la base de los seguros de ciber, que es la protección del daño propio del asegurado y la protección del tercero que se pudiese ver afectado.
Por mucho que avance la tecnología, y aunque las cláusulas se adapten a la nueva terminología, a los nuevos conceptos o a las nuevas funcionalidades, se seguirá requiriendo un seguro de ciber seguridad que cubra la protección de la información confidencial, que de soporte ante vulneraciones de privacidad de los datos sensibles o que compense la pérdida de beneficio ocasionada por un incidente cibernético, independientemente de cuál sea la nueva tecnología o el nuevo hardware que esté actuando y ofreciendo ese servicio puntero.
La automatización y la dependencia digital son cada vez mayores, hoy en día una empresa que no esté alineada con las nuevas tecnologías, tiene aparentemente, un futuro menos brillante comparado con el de sus competidores. El trabajo deslocalizado es un hecho actual en el que se encuentran más ventajas que inconvenientes, y nuevamente exige una alta dependencia digital.
La importancia de la gestión del riesgo cibernético es directamente proporcional a la dependencia tecnológica asumida por la empresa. La correcta gestión del riesgo se basa principalmente en la mitigación del mismo, mediante la implementación de la seguridad correspondiente y en la transferencia del mismo, mediante la vía aseguradora.
Nuestra previsión es que la alta dependencia tecnológica, provocada entre otras circunstancias, por la modalidad de trabajo a distancia, requerirá una exhaustiva gestión del riesgo que propiciará a su vez un incremento exponencial de la contratación y mejora de los seguros cibernéticos.
La situación de pandemia ha supuesto un desafío para las empresas que se han visto obligadas a adaptarse a las nuevas necesidades de sus clientes y también de sus empleados, acelerando de esta forma su transformación digital. Dicha aceleración no siempre lleva el mismo ritmo en dos aspectos básicos: por un lado se desarrolla y se implementan nuevas funcionalidades, conectividades, servicios, etc a una velocidad vertiginosa, pero la alta demanda, las necesidades y la competencia no permiten que, en todos los casos, el otro aspecto importante, la implementación de la ciberseguridad, sigua ese mismo ritmo elevado.
Y este es el gran riesgo de las nuevas tecnologías, el no poner el mismo énfasis o la misma determinación en conseguir nuevos productos que además de ser los más eficientes, los más inteligentes o con mayor capacidad de conectividad, sean también los que cumplan con una seguridad adecuada, una protección de la información conveniente o una monitorización constante que ayuden a mantener una correcta integridad, confidencialidad y disponibilidad de la información.