AXA Ponle Freno detecta que la Covid-19 dispara el uso de vehículos particulares y de movilidad personal
Las consecuencias de la Covid-19 han provocado también cambios relevantes a la hora de tener que desplazarnos: el uso de vehículos particulares y de movilidad personal (bicicletas y patines) ha aumentado en un +35% y un +18%, respectivamente, mientras que se ha desplomado el del transporte público en un -46% y el de taxis y VTC en un -29%. Así lo constata el Estudio de Movilidad Segura y Sostenible del Centro de Estudios Ponle Freno-AXA, que ha sido presentado este lunes en un acto en el que han participado el director general de Tráfico, Pere Navarro, el director general de Atresmedia TV, Javier Bardají, el director general del Centro de Estudios Ponle Freno-AXA y de la Fundación AXA, Josep Alfonso, y el secretario técnico del Centro de Estudios Ponle Freno-AXA, Javier Olave.
Bardají ha señalado que Atresmedia tiene como objetivo este año potenciar la iniciativa Ponle Freno y que a lo largo de cada trimestre van a poner el foco en los diferentes usuarios de la movilidad: ciclistas, automovilistas, peatones y motoristas.. Por su parte, Josep Alfonso, ha incidido en que el centro de estudios está en evolución: «tras 8 años trabajando sobre todo en conocer las causas y consecuencias de los accidentes de tráfico, contribuyendo con información a las administraciones públicas, ahora vamos también a testar la opinión de la sociedad para tener una idea clara de su percepción» acerca de las principales cuestiones relacionadas con la seguridad vial.
El director general de Tráfico, Pere navarro, ha puesto de manifiesto la trascendencia de la movilidad, señalando que una de las principales medidas para hacer frente a la pandemia ha sido, precisamente, la restricción de la movilidad. Y considera que, a corto plazo, la caída en le número de desplazamientos se mantendrá en torno al 10% una vez que superemos la pandemia, «por el efecto de la crisis económica y por la nueva realidad que ha traído el teletrabajo y las videorreuniones».
Realizado por Kantar entre septiembre y octubre de 2020 y con la colaboración de Pons Seguridad Vial, el informe recoge la percepción de más de 4.000 conductores sobre hábitos en los desplazamientos y en aspectos relacionados con la movilidad segura, sostenible, accesible y conectada. Respecto a las diversas alternativas para tratar de mejorar la seguridad, la reducción de velocidad en las ciudades estaría claramente aceptada: el 62% estaría a favor de limitar la velocidad a 30km/h. No existe, sin embargo, una opinión tan generalizada sobre la necesidad de implantar un mayor número de radares, solo el 21% cree que es insuficiente, frente al 55% que considera que hay suficientes y el 23% que opina que el número es excesivo.
En líneas generales, la opinión mayoritaria acerca de la seguridad es que no ha evolucionado, ni ha mejorado ni empeorado a lo largo del último año (65%). Únicamente, una cuarta parte piensa que ha mejorado, cifra que se incrementa entre los más jóvenes (38%), mientras que las mujeres son claramente más críticas (13%), al igual que en Cataluña (15%) y Madrid (18%).
El móvil, en el centro de las distracciones
De los que opinan que ha empeorado, el 11% de la población conductora, las distracciones provocadas por el uso de dispositivos móviles es el principal argumento citado con un 60%, seguido del uso imprudente de los vehículos de movilidad personal (patinetes) y la falta de educación vial, citado estos dos últimos por 1 de cada 2 entrevistados, así como el uso imprudente de las bicicletas (34%). También el llamado peatón tecnológico (aquella persona que transita por la ciudad utilizando aparatos tecnológicos como móviles, reproductores de música, agendas electrónicas,…) representa ya un gran peligro para el 20% de los conductores en ciudad.
Otra de las asignaturas pendientes que se percibe es la formación de los conductores, ya que solo el 29% cree que salimos bien preparados para coger el coche tras el paso por las autoescuelas, unos resultados que se incrementan entre los más jóvenes (39%), mientras que entre los hombres (45%) y el tramo de edad de 35-44 años (48%) se observa una mayor crítica en este sentido. Por tanto, hay un claro consenso en mejorar la formación: la necesidad de usar más recursos audiovisuales (73%), la formación de los sistemas tecnológicos y de seguridad que incorporan los vehículos (73%), la posibilidad de obtener puntos extras tras recibir cursos sobre conducción segura (70%) o establecer un mínimo de clases prácticas (68%). El 64% está a favor de aumentar las restricciones del permiso de conducir en función de la edad y el 61% pide que haya que obtener un permiso para circular por las ciudades con bicicleta o patín.
Movilidad sostenible
Con relación a la movilidad sostenible, una de las principales conclusiones es que 9 de cada 10 opinan que la contaminación de vehículos es un problema importante o muy importante, aunque también es cierto que la industria es para los entrevistados el principal factor que contribuye a la contaminación en las ciudades (64% en primera opción), seguido de los vehículos particulares (13%) y las calefacciones (9%).
En relación con la etiqueta medioambiental de los vehículos, 1 de cada 2 dice no tenerla puesta -y de estos, el 54% no quiere ponerla– cifra que se incrementa en Andalucía (61%), Aragón (70%), Baleares (69%), Canarias (64%), Valencia (63%), Galicia (73%) y País Vasco (71%). Solo Madrid y Cataluña destacan por un mayor grado de uso de la etiqueta (79% y 68% respectivamente).
Sobre la utilidad de las etiquetas, un 70% destaca su uso para reducir o restringir la movilidad de ciertos vehículos, un 60% para tener conciencia del grado de contaminación del vehículo, un 64% como orientación para elegir un modelo de coche y un 55% considera que su finalidad es recaudar dinero o multar.
En el apartado de movilidad accesible, el Metro es el transporte público más valorado (con 6,21 puntos sobre 10), especialmente en Euskadi, con notable alto (7,65), y en Madrid, donde roza el notable (6,81). En general, todo el transporte público aprueba, incluido el alquiler de bicicletas.
En este punto, los consultados consideran que hay un amplio margen de mejora en cuanto a la accesibilidad de personas con movilidad reducida (40%) y a la seguridad en los desplazamientos a pie con menores (32%).
Respecto a la movilidad conectada, 1 de cada 2 cree que no hay suficiente información sobre el tráfico en tiempo real, lo que podría solucionarse con aplicaciones que ayuden a mejorar la movilidad y a planificar mejores rutas y más rápidas, ante lo que los conductores estarían dispuestos a ceder sus datos personales. En este sentido, de las apps disponibles, los sistemas de navegación son los más utilizados (76%), seguidos del pago en aparcamientos regulados y del uso del transporte público (44%), frente al uso minoritario tanto del alquiler de vehículos como de los agregadores de movilidad, en torno a un 15%.
Finalmente, preguntados por la confianza que, de cara al futuro, les ofrecen los vehículos particulares sin conductor, un 48% dice que no lo usaría, frente al 28% que asegura que sí subiría a este tipo de vehículos, subiendo el porcentaje al 35% entre los jóvenes (18-34 años).