DKV presenta las 5 claves para reducir el consumo de azúcar y mejorar la salud
DKV Seguros informa de que «el azúcar y su alto consumo son sin duda uno de los mayores quebraderos de cabeza de todos los organismos de salud pública, tanto a nivel nacional como mundial. Aunque su vínculo con múltiples afecciones de salud puede estar sujeto a diferentes variables, como el tipo de azúcar, actualmente diversos estudios independientes demuestran los efectos negativos para la salud de los azúcares añadidos».
Precisamente, «uno de los puntos clave en el asunto es la gran cantidad de azúcar que consume la población sin saberlo. Los azúcares añadidos se encuentran en productos que se toman de forma habitual, como zumos industriales, lácteos ultraprocesados, cereales de desayuno o galletas, o en otros en los que se hace difícil imaginarlo, como platos precocinados o embutidos».
Precisamente, la elección personal no saludable de los alimentos es un factor pronóstico de enfermedad, mortalidad, consumo de asistencia médica compleja y, consecuentemente, de infelicidad personal y familiar. De hecho, las enfermedades con una mayor prevalencia entre la población española están asociadas al modo de vida y, sin duda, los hábitos alimentarios tienen una influencia determinante en la salud y el bienestar de las personas.
DKV, consciente del peso de la alimentación en el bienestar y salud de las personas, ha lanzado junto a el nutricionista Carlos Ríos, creador del movimiento ‘Realfooding’, el manifiesto ‘Por un consumo responsable de azúcar’. Como empresa comprometida con conseguir una sociedad más informada sobre la repercusión de la elección de los alimentos en la salud, DKV pretende con este documento divulgar las causas, los riesgos y las consecuencias de un consumo abusivo de azúcar.
El manifiesto, que recientemente ha sido revisado y ampliado por Jesús Vioque, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública, Universidad Miguel Hernandez, CIBERESP y ISABIAL, propone las siguientes 5 recomendaciones para reducir el consumo de azúcar y mejorar la salud a nivel individual de forma sencilla:
- Basar la alimentación en alimentos mínimamente procesados y evitar el consumo de azúcares añadidos. Los alimentos ‘reales’, es decir, mínimamente procesados o cuyo procesamiento industrial no ha empeorado su calidad (verduras, frutas, hortalizas, legumbres, pescado, marisco, etc.), tienen efectos beneficiosos demostrados para la salud en humanos. Por el contrario, son muchos los problemas que se asocian al consumo de ultraprocesados (riesgo de hipertensión, hígado graso y cáncer, entre otras enfermedades crónicas). Además, su consumo se asocia también una disminución de la ingesta de alimentos vegetales, lo que acentúa el problema.
- Ser conscientes de las elecciones a la hora de alimentarse y leer las etiquetas de los alimentos y productos que se compran. Para poder realizar buenas elecciones alimentarias, es necesario saber interpretar el etiquetado nutricional de los productos. En primer lugar, hay que evitar quedarse solo con la parte frontal del producto, ya que concentra más estrategias de márquetin y anuncios, y dar la vuelta al producto para encontrar la lista de ingredientes y la tabla de valores nutricionales. Los ingredientes están ordenados de mayor a menor cantidad, de forma que el primero de la lista es el que contiene mayor proporción, lo que ya permite diferenciar si se trata de comida muy procesada industrialmente o no. Si lleva más de cinco ingredientes y entre estos están los azúcares añadidos, los aceites vegetales y harinas refinadas, aditivos y sal, se trata de un producto ultraprocesado.
- Cocinar y preparar personalmente las comidas. El hecho de tener que cocinar reduce de una forma exponencial la exposición al azúcar, porque aumenta la conciencia sobre lo que se come.
- Limitar la compra de productos ultraprocesados. Es mejor prevenir y evitar la exposición a estos productos que suelen tener envases llamativos y, por tanto, pueden provocar antojos. Las decisiones de compra están muy influidas por el color del envase, las ofertas, los regalos o los reclamos que sugieren salud o propiedades al producto. Hay que evitar guiarse por las etiquetas “light”, “zero”, “0%”, “ecológico”, “bio”, “integral” o “natural”, entre otras, ya que no hacen referencia al procesamiento del producto.
- Monitorizar y medir la salud a través de la aplicación “Quiero Cuidarme” de DKV. Con esta aplicación, los usuarios pueden gestionar su salud con el móvil, ya que indica cuál es el índice de vida saludable personal, basado en datos reales de sueño, presión arterial, IMC, glucosa bienestar emocional… Además, ofrece recomendaciones para que cuidarse sea más fácil, así como planes de acción personalizados para cumplir los objetivos de salud marcados.
DKV entiende que las empresas deben ir más allá de los beneficios económicos, asumiendo su responsabilidad ética, social y medioambiental con la sociedad, a través de acciones dirigidas a sus grupos de interés. Como compañía aseguradora, DKV se esfuerza en crear un mundo más saludable en los ámbitos de la salud y el medioambiente, la obesidad infantil, la inserción laboral de personas con discapacidad y el envejecimiento activo.