La inversión en infraestructura será clave en el crecimiento de mercados emergentes tras la crisis sanitaria
La inversión en el desarrollo de infraestructura será uno de los principales generadores de crecimiento sostenible en los mercados emergentes tras la crisis de la Covid-19, según el último informe sigma. Los mercados emergentes invertirán 2,2 billones de USD en infraestructura anualmente durante los próximos 20 años, lo que equivale al 3,9% del producto interior bruto (PIB), según las estimaciones del informe. Se espera que el sector de la energía, en particular las energías renovables, la infraestructura inteligente y resiliente, y las instalaciones sanitarias, atraigan una fuerte inversión. Según el informe sigma, la infraestructura de los mercados emergentes representa una oportunidad de inversión anual de 920 000 millones de USD para inversores a largo plazo, incluidas las aseguradoras. Las fases de construcción y operación de los proyectos de infraestructura también generarán nueva demanda de soluciones de seguro, y los ramos más beneficiados serán ingeniería, daños y energía.
«El gasto en infraestructura podría ser una de las maneras de impulsar sectores de la economía tras la pandemia de la Covid-19 y ayudar a generar un crecimiento robusto y sostenible en la próxima década», apuntó Jerome Jean Haegeli, economista jefe del Grupo en Swiss Re. «La mayor parte del gasto en infraestructura se producirá en Asia emergente, región que también esperamos que sea el motor del crecimiento económico mundial.»
Antes del brote de la Covid-19 muchos mercados emergentes ya habían puesto en marcha proyectos de infraestructura plurianuales, y no esperamos que las inversiones asociadas se reduzcan en la misma medida que en anteriores periodos de crisis. La pandemia también ha puesto de relieve la necesidad urgente de una mayor inversión en infraestructura sanitaria en muchos mercados emergentes.
Más allá del impacto de la recesión infligido por la pandemia de la Covid-19, prevemos que los mercados emergentes crecerán en torno a un 4,4% al año en la próxima década, más lentamente que el promedio anual del 5,5% en 2010-2019, pero mucho más rápido que la proyección de crecimiento del 1,8% en los mercados avanzados. Después de la pandemia, la economía mundial tendrá que hacer frente a vientos contrarios debido al deterioro de cadenas de suministro y capacidades de producción, mayor desempleo, quiebra de negocios y elevados niveles de deuda. Y dada la débil resiliencia de muchas economías ya antes de la irrupción de la crisis, el crecimiento mundial se producirá, pero únicamente a niveles moderados. Frente a este panorama, los mercados emergentes deben aumentar su resiliencia mediante la mejora de su productividad y el aumento de la inversión en infraestructura, lo que a su vez puede reducir los costes operativos de los negocios y crear un entorno propicio para nueva formación de capital y crecimiento de la producción.
«Las circunstancias actuales, incluyendo la cada vez más omnipresente tecnología digital, el claro impacto del cambio climático y la necesidad de crear sociedades más resilientes, generarán más demanda y modelarán la orientación del desarrollo de infraestructura en los mercados emergentes», declaró Haegeli.
Concentrarse en infraestructura renovable y sostenible
Basándose en las tendencias de gasto y previsiones de crecimiento económico actuales, sigma estima que la mayor parte de la inversión de los mercados emergentes se destinará a infraestructura de energía (34%), con una atención especial a las energías renovables. Debido a que muchos países están aumentando sus esfuerzos para reducir las emisiones de gases invernadero, se prevé que la inversión pivotará hacia infraestructura inteligente y resiliente, en la que los datos y la tecnología digital se unen para mejorar la supervisión y la gestión de redes conectadas como transporte público, servicios y sistemas de eliminación de residuos, además de instalaciones como centrales y redes eléctricas. Una de las áreas clave de la inversión sostenible será la construcción y mejora de infraestructura existente que resista los impactos del cambio climático.
Según el informe sigma, el promedio de la inversión total en infraestructura en Asia emergente será de 1,7 billones de USD al año durante los próximos 20 años, o el 4,2% del PIB, y 35 billones de USD en total.
«En los próximos años, Asia invertirá más en infraestructura que cualquier otro país del mundo, de modo que las economías emergentes de la región representarán más de un tercio del gasto asociado», señaló Russell Higginbotham, director ejecutivo de Reaseguros Asia en Swiss Re. «Fundamentalmente, la infraestructura favorecerá un crecimiento sostenible promoviendo la mejora de la productividad. La composición de las necesidades de infraestructura evolucionará a medida que los ingresos aumenten y continúe la tendencia de creciente urbanización.»
Se calcula que China invertirá 1,2 billones de USD (4,8% del PIB) al año, lo que representa el 35% de la inversión global en infraestructura y el 54% de la inversión total en infraestructura de los mercados emergentes. India será el segundo mayor mercado de inversión en infraestructura, representando alrededor del 8% del gasto total de los mercados emergentes. Se estima que África invertirá el 4,3% del PIB en infraestructura, pero los niveles absolutos serán bajos. Europa emergente invertirá el 3% del PIB en infraestructura, en línea con el promedio mundial, mientras que el gasto en Latinoamérica quedará rezagado, con un 2,3% del PIB. La Figura 1 también muestra que a pesar del gasto, la inversión estimada no cubrirá completamente las necesidades de los próximos 20 años. Las brechas de infraestructura en el conjunto de las regiones emergentes totalizarán 520 000 millones de USD anuales. En términos relativos, la brecha es mayor en África y Latinoamérica, y menor en Asia emergente.
Aseguradoras como inversores a largo plazo
Los mercados emergentes han confiado tradicionalmente en la financiación pública para sus necesidades de infraestructura. Con los presupuestos gubernamentales bajo presión, el sector privado desempeñará una función muy importante a través de asociaciones público-privadas (APP) y con soluciones de transferencia de riesgos integradas en instrumentos de emisión de deuda. Las ventajas de la participación del sector privado incluyen mejoras en innovación y eficiencia, y usando las APP los gobiernos pueden externalizar operaciones cotidianas y reasignar presupuesto y recursos.
El sector de la infraestructura en los mercados emergentes presenta una oportunidad de 920 000 millones de USD para inversores a largo plazo, incluyendo aseguradoras globales, según el informe sigma. Las aseguradoras pueden respaldar aún más el crecimiento sostenible en los mercados emergentes cerrando la brecha de infraestructura en diferentes regiones. En un escenario donde las tasas de interés seguirán siendo bajas, los proyectos de infraestructura pueden ofrecer atractivos rendimientos que ayudarán a las aseguradoras a hacer frente a sus pasivos a largo plazo. Estos proyectos también ofrecen una oportunidad para la diversificación regional y de clases de activos, y para la inversión en iniciativas responsables desde el punto de vista social y medioambiental. Un diferenciador clave para los mercados emergentes en los próximos 20 años será la capacidad para comprometerse con políticas que propicien marcos favorables al mercado para convertir la infraestructura en una clase de activo comercializable y estandarizado, así como baja complejidad arancelaria y prudencia fiscal, según sigma. Los mercados que adopten estas directrices serán capaces de atraer con mayor facilidad inversiones en infraestructura (y de otro tipo) también de inversores extranjeros y, como consecuencia, generarán un crecimiento económico más robusto y resiliencia.
Transferencia de riesgos por valor de 50 000 millones de dólares
Las aseguradoras también pueden suscribir los riesgos inherentes en las fases de construcción y operación de los proyectos de infraestructura. El informe sigma estima una oportunidad de primas total de más de 50 000 millones de USD en los próximos 10 años basándose en proyecciones de niveles de inversión en los siete principales mercados emergentes (Brasil, China, India, Indonesia, México, Rusia y Tailandia). Entre los ramos de negocio, está previsto que Ingeniería —con una estimación de 22 000 millones de USD en primas de todo riesgo de Construcción— sea el más beneficiado. En la fase de operación, se calcula que las primas de daños alcanzarán 19 400 millones de USD, mientras que las primas de proyectos de energías renovables totalizarán aproximadamente 9700 millones de USD. También habrá mayor demanda de seguro Marítimo y de Responsabilidad Civil. De nuevo China, en la carrera por convertirse en el mayor mercado asegurador del mundo a mediados de la década de 2030, concentrará la mayoría de negocios relacionados con infraestructura, representando el 60% de las primas en la próxima década.