Las 18 principales entidades mantuvieron su beneficio en 2022 en torno a los 3.370 millones
Afi ha presentado una nueva nota de seguros, en la que analiza la evolución de la solvencia, el ROE y los beneficios de las 18 principales entidades del mercado asegurador español. Estas 18 entidades más relevantes (bajo un marco individual, no del grupo asegurador) seleccionadas, suponen en torno al 70% del sector (negocio doméstico), tomando como referencia el tamaño de balance, las provisiones, el patrimonio neto contable o los resultados.
El estudio indica que las aseguradoras españolas acaban de publicar por séptimo año consecutivo el denominado Informe sobre la Situación Financiera y de Solvencia (SFCR, por sus siglas en inglés) contemplado en el Pilar III de Solvencia II. Está referido al ejercicio 2022, y «como el de los cinco años anteriores proporciona una interesante radiografía de estas».
En conjunto, estas grandes entidades mostraron en 2022 un nivel de beneficio agregado de 3.370 millones de euros, cifra similar a la del año anterior.
Rentabilidad superior a la europea
El informe resalta que la rentabilidad media del agregado medida por su ROE escala hasta el 15,6% desde el 12,8% de 2021. Esto se debe en su totalidad a la reducción del patrimonio neto contable que se produce de manera bastante generalizada en las entidades tomadas para el análisis, lo que no es ajeno al adverso comportamiento de los mercados (alza de tipos y desplome de los mercados bursátiles) que tuvo lugar el pasado año: «La rentabilidad se sitúa en niveles confortables y por encima de los pares europeos«.
Menos solvencia
A diferencia de la rentabilidad, el nivel de solvencia del conjunto de entidades se reduce significativamente en 2022, desde el 256% hasta el 231% (-25 p.p.), descenso que se debe básicamente a una caída sustancial de casi 3.000 millones de euros del valor económico del patrimonio neto (excedente del valor económico de los activos respecto a los pasivos), como consecuencia de los efectos cruzados de las variaciones de mercado en las condiciones financieras, dado que los requerimientos regulatorios totales de capital se mantienen relativamente estables (algo inferiores, de hecho) respecto a 2021.
Como en años anteriores, el estudio indica que se mantiene la notable disparidad, tanto en términos de solvencia como de rentabilidad entre entidades, si bien, y sobre todo en términos de rentabilidad, en muchos casos debe tenerse en cuenta su pertenencia o no a grupos, su naturaleza jurídica, la existencia de impactos extraordinarios (no recurrentes) en el año, el propio perfil de riesgo (grado de aversión) elegido por la entidad, etc para interpretar adecuadamente dicha disparidad.
En cuanto a la estructura del balance, por el lado del activo domina abrumadoramente la renta fija, que representa el 81% de sus carteras de inversión, porcentaje que supera el 90% en el caso de vida. En el pasivo son las provisiones vinculadas al negocio de vida tradicional las que acaparan el 75% del total a pesar de una ligera reducción. Por el contrario, los productos de riesgo tomador (unit linked) mantuvieron su pujanza relativa y las provisiones relativas a los mismos ya acaparan el 16% del total frente al 10% de dos años antes.
En cuanto a los factores de riesgos determinantes de los requerimientos de capital, para el agregado de las entidades siguen pesando prácticamente lo mismo las exigencias de capital derivadas de los riesgos financieros, que las de los riesgos actuariales.